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Información sobre la ciudad

Cuenca Monumental

En Cuenca se dan cita dos ciudades. Una es la ciudad alta, la Cuenca monumental; la otra, la ciudad baja, la zona moderna surgida de los ensanches acometidos a partir del siglo XIX. La monumental es una ciudad medieval. Por necesidades de defensa está ubicada en un espolón largo y escarpado en la confluencia de dos cursos fluviales. El trazado de las calles estará acomodado a las dificultades del emplazamiento.

El plano va a corresponder al de una ciudad no planificada y adaptada perfectamente a las características del medio natural.

La red viaria se va a organizar en función de dos ejes: uno, longitudinal, formará una “espina lineal” que, arrancando de la parte baja, del Puente de la Trinidad (antigua puerta de Huete), y continuando por las calles Alfonso VIII y San Pedro, morirá en el Barrio del Castillo. El otro, de carácter transversal, unirá la puerta de Valencia con la de San Juan

En el centro del eje longitudinal se sitúa La Plaza Mayor que será el principal punto de referencia de toda visita o recorrido por la ciudad. La plaza queda conformada por un triángulo cuyos vértices son La Catedral, El Convento de las Petras (s. XVIII) y el Ayuntamiento.

La Catedral de Santa María la Mayor, símbolo del poder eclesiástico, fue el primer edificio que se comenzó a construir, tras la conquista de la ciudad, en el lugar donde se emplazaba la antigua alcazaba musulmana. Según Lampérez, restaurador de la fachada, es el más claro ejemplo de protogótico conquense, y considerada como más temprano ejemplo de Gótico en España. Comenzó a edificarse a finales del siglo XII, se consagró en 1208 por el arzobispo Ximénez de Rada, aunque no fue terminada hasta 1271.

Es un edificio complejo con restos de transición del Románico al Gótico de finales del siglo XII, otros del siglo XIII y otros del siglo XV. Tiene planta de cruz latina con tres naves y una sola en el crucero. Es un edificio más que discutido en cuanto a influencias. Para unos, sus bóvedas sexpartitas manifiestan un influjo cistercience borgoñón; para otros, el empleo de doble crucero, decoración de dientes de sierra y la torre linterna cuadrada, manifiesta un influjo inglés.

La serie de capillas que cubren las naves laterales fueron edificadas en los siglos XVI y XVII, destacando la de los Apóstoles, la del Espíritu Santo y la de los Caballeros, además de las salas nobles, como la Sacristía y la Sala Capitular. Al claustro se accede por el singular Arco de Jamete. No queda ninguna de las cuatro torres del templo, salvo el arranque de la del Ángel, obra de la primera fase constructiva. Debe destacarse también el triforio abierto, y el Transparente, obra barroca de Ventura Rodríguez. El hundimiento en 1902 de la Torre de El Giraldo afectó a la fachada del templo, reconstruyéndose la actual neogótica. La última transformación realizada ha sido la colocación de vidrieras e artistas contemporáneos: G. Torner, A. Bonifacio, H. Dechanet y G. Rueda.

    

Como un edificio anexo a la catedral y sin despegarse de ella se levanta el Palacio Episcopal, otro de los símbolos del poder eclesiástico en la ciudad. Este edificio no responde a un planteamiento único, sino que es producto y resultado de los cambios y reformas que se han hecho desde los inicios de su construcción a la actualidad. Su construcción se inició en el siglo XIII y se continuó en los siglos posteriores. En el siglo XVI trabajaron Pedro de Alviz y Andrea Rodi, uno de los introductores de la arquitectura purista en Cuenca. La bella fachada se modificó en el siglo XVIII. Sobre la puerta el escudo de su patrocinador, el obispo Flores Osorio.

Si el símbolo del poder eclesiástico es la Catedral, el del poder civil es el Ayuntamiento. El edificio actual es del siglo XVIII y fue proyectado por Jaime Bort en 1733. Consta de tres cuerpos. El problema que se le planteó al genial arquitecto fue el de poder cerrar la plaza manteniendo su accesibilidad, solución que dio con la incorporación de los tres arcos en el cuerpo inferior.

El edificio más emblemático y más conocido de la ciudad de Cuenca es el de las Casas Colgadas. No se sabe con exactitud su origen que, para unos, es musulmán, mientras que, para otros, es de origen medieval (s. XIV-XV). Pudo ser una antigua casa solariega en virtud del escudo del canónigo Gonzalo González de Cañamares encontrado en su interior.

El mito, la magia y la leyenda las elevó a la categoría de monumento. En la actualidad son tres casas restauradas en el siglo XX. En dos de ellas está ubicado El Museo de Arte Abstracto Español (Casas del Rey) y en la otra un mesón típico (Casa de la Sirena).

El carácter clerical que la ciudad tuvo en la Edad Moderna queda patente en la cantidad de edificios de tipo religioso, iglesias y conventos, que entre los siglos XVI y XVIII se edificaron. El convento más conocido es el Convento de San Pablo. Fue levantado a partir de 1523 como convento dominico. Actualmente el edificio se ha convertido en Parador Nacional de Turismo. La iglesia que hay en su interior es de estilo gótico decadente y la portada de transición del Barroco al Rococó. Este espacio se dedicará a la obra de Gustavo Torner.

Al convento se puede acceder accede desde las Casas Colgadas por el Puente de San Pablo. Existía un antiguo puente de piedra construido entre 1533 y 1589 pero se desmoronó. En 1902 se construyó el actual, de hierro y madera, siguiendo las tendencias arquitectónicas de la época. Antes de cruzar el puente tendremos la oportunidad de contemplar una escultura de bronce: El Pastor de las Huesas del Vasallo, obra del escultor Luis Marco Pérez. Según palabras de su autor, la figura es un homenaje a los pastores.

De entre todas las iglesias, la más representativa es la Iglesia de San Pedro. Construida sobre los restos de una antigua mezquita, llama la atención la originalidad de su planta octogonal. El actual templo es del siglo XVIII, obra del arquitecto Martín de Aldehuela, conocido por sus trabajos en otros templos de la misma época: Iglesia de San Felipe, Iglesia de Nuestra Señora de la Luz o el Convento de las Petras. La Iglesia de San Pedro está abierta a visitas turísticas. La mayor parte de las demás iglesias se pueden visitar siguiendo el horario litúrgico.

La Torre de Mangana es otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, situada en la plaza del mismo nombre. Se trata de un edificio del siglo XVI, restaurado en el siglo XX. Desde la torre, el reloj de la ciudad nos recuerda constantemente con sus campanadas monótonas la fugacidad del tiempo. En la misma plaza podemos admirar el “Monumento a la Constitución”, obra de G. Torner.

La arquitectura civil también tiene su espacio en la ciudad. En la Calle San Pedro, donde residía la nobleza más linajuda, se puede contemplar antiguas casonas con sus escudos, llamando la atención los trabajos de rejería y forja. En la Calle Alfonso VIII podremos ver viviendas caracterizadas por su verticalidad y su arquitectura de entramado de corte más humilde y de carácter popular. Desde la Hoz del Huécar estas casas aparecen como auténticos Rascacielos que abren sus ventanas al también popular Barrio de San Martín

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